Aniversario de la proclamación de la Segunda República. Para conmemorarlo, proyectamos el Documental «Misiones Pedagógicas»
Las Misiones Pedagógicas se crearon en mayo de 1931con el propósito de llevar a los pueblos de aquella España rural y analfabeta el aliento de la cultura para que los habitantes de las aldeas disfrutaran por unos días de un patrimonio que hasta entonces estaba reservado exclusivamente a quienes vivían en las ciudades.
En el Patronato de Misiones Pedagógicas, presidido por Manuel Bartolomé Cossío, colaboraron intelectuales de la talla de los poetas Pedro Salinas, Luis Cernuda o Antonio Machado y pedagogos como Rodolfo Llopis, Francisco Barnés, María Luisa Navarro o Luis Álvarez Santullano.
El Patronato reclutó un puñado de jóvenes universitarios que recorrieron España con el coro, el teatro, el cine y las bibliotecas y que fueron testigos de la inmensa emoción que despertaba en los campesinos la contemplación de las reproducciones de los cuadros del Museo del Prado, la representación de una obra de teatro o la proyección de una película de Charlot sobre una sábana en la plaza o en una era del pueblo.
Un grupo numeroso de personas de todas las edades: ancianos, niños, hombres y mujeres prematuramente avejentados, con los rostros ennegrecidos por el sol y los ojos gastados de mirar un horizonte sin esperanza.
Todos –los pocos que sabían leer y quienes eran analfabetos– se habían reunido desafiando al frío para compartir la esperanza depositada en las palabras, para celebrar que el Patronato de Misiones Pedagógicas dejaba en la escuela una vitrina con un centenar de libros que los misioneros habían traído a lomos de las caballerías.
Aquellas gentes no lo sabían, pero esos libros habían sido seleccionados por Matilde Moliner y Antonio Machado. Ninguno de ellos había visto tantos libros juntos. Tampoco habían visto el mar, un edificio, una fábrica o a jóvenes bailando el charlestón. En realidad, solo habían visto lo que sus ojos descubrían desde la atalaya de los montes próximos.
Su mundo era el mundo que podían contar con las pocas palabras que heredaban de padres a hijos. Palabras de trabajar, resistir y de obedecer. Nadie les había dicho nunca que podían soñar.
Aunque no supieran explicarlo, intuían que los libros de la vitrina y el gramófono que los misioneros dejaron en la escuela transformarían sus vidas. Unos meses más tarde, el maestro envió un breve informe al Patronato de Misiones Pedagógicas en el que señalaba: «Los habitantes no caben en sí de júbilo por haberles concedido la biblioteca y el gramófono, y están entusiasma- dos con ello».
Fragmento del documental de Gonzalo Tapia de Misiones Pedagógicas que se reproduce en el Museo Escuelas Viajeras de Navas del Madroño.
Las Misiones Pedagógicas están consideradas como la realización más generosa de la II Republica. En su labor distribuyeron más de 5000 bibliotecas y llevaron cultura y diversión a los lugares más alejados de España.