- Consejo Ciudadano 8 de octubre de 2016.
- Reflexión de Íñigo Errejón.
- Encuentro con los Círculos
Iñigo Errejón
En el Consejo Ciudadano de Podemos estamos teniendo una discusión muy fértil, fraterna y rica. Hay quienes querrían encerrarnos en sus etiquetas -que son derrota o derrota- o encapsularnos en discusiones identitarias hacia dentro, mirándonos el ombligo o definiéndonos por relación a otros.
Los resultados de las elecciones del 20D y, después, del 26J produjeron un impasse o una situación de bloqueo, que en otros sitios he definido como «empate catastrófico». Por culpa de esa situación de bloqueo de fuerzas, los que queremos el cambio no tenemos aún fuerza para conducirlo, y quienes quieren restauración del orden viejo no han podido formar un gobierno para continuar los recortes sin tener que renunciar a algo fundamental: la alternancia entre los dos viejos partidos.
En otras palabras, la tensión que ha llevado al PSOE a una situación dramática es la de tener que elegir entre nosotros o el Partido Popular. La elección por dejar gobernar a Rajoy modifica drásticamente el sistema de partidos: los conservadores ganan tiempo, pero sacrifican una alternancia fiel con la que estaban de acuerdo en lo fundamental pero discutían enardecidamente sobre el resto.
Esto nos deja a nosotros ante la posibilidad de ser la fuerza de alternativa. Ese título no es automático ni caerá del cielo por los errores de otros. Depende de nuestra virtud por representar los dolores pero también las esperanzas existentes. «Un paso por delante de las masas pero sólo uno», según la fórmula clásica.
Por responsabilidad con los cinco millones de españoles que ya confían en nosotros pero también con los muchos que aún no lo hacen pero nos miran de reojo esperando una alternativa, de lo que nosotros discutimos es de cómo construir una fuerza de futuro. Aquí la clave es ser una fuerza dirigente antes que gobernante: la fuerza motor de un nuevo acuerdo de país, que marque el rumbo de la discusión política, expanda el horizonte de lo posible y genere confianza incluso en los sectores que hoy necesitan más certezas y más seguridades.
Este es un trabajo cultural, social e institucional. No hay contradicción entre instituciones y calle, sino una tensión creativa que nos permita ser fuerza de resistencia pero también fuerza de futuro. Aquí cuando hablamos de construir movimiento popular no hablamos sólo de la clásica fórmula «partido al servicio de los movimientos sociales», sino de ser capaces de poner nuestros recursos al servicio de la generación de tejido comunitario e identidad popular (el famoso «construir pueblo») en todos los terrenos de la vida cotidiana. Si se nos permite: el embrión de una España nueva ya aquí y ahora.
Para ello, es necesario levantar una agenda de transformación del Estado, en torno a la cual articular una nueva mayoría. Discutir sobre lo que le pasa a la gente que no vibra con la política, que no se entusiasma o que no siente la épica: qué modelo de pensiones las va a hacer sostenibles y justas, qué modelo económico nos permite competir por arriba y no por abajo, qué modelo social que no deje a nadie atrás y redistribuya la riqueza, qué transformaciones en el sistema político para fortalecer la soberanía popular. Una agenda patriótica, popular y democrática para los cambios que están por llegar, en un escenario en el que las élites no tienen nada nuevo que ofrecer más que comprar tiempo.
El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, participa en un acto con representantes de los círculos de Madrid en el Cine Palafox.
Discurso del secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, en el encuestro con los círculos celebrado en el cine Palabox, como previa al inicio del Consejo Ciudadanos Estatal.