Carta de Miguel Hernández a su esposa Josefina Manresa. Orihuela, octubre de 1939. Lectura Colectivo Literario Mil9
Querida Josefina:
No me has mandado ni una sola nota tuya, ni esas cartas de amigos. Mira que me hacen falta noticias vuestras con que matar el tiempo, aquí más largo que en ninguna otra parte. Eso sí, te pido que no vuelvas a aparecer por estas rejas, porque cada vez que me acuerdo, y no puedo olvidarme de tu visita, me pongo de mal humor.
Parecíamos dos perros ladrándonos el uno al otro pero sin entendernos ninguno de los dos.
Yo, yo te quiero ver de otra manera y no como si estuviésemos los dos enjaulados y además… sin poder besar a mi niño. ¡No vuelvas! Yo iré cuando me harte de verme así, como carne en conserva, pudriéndome también de tanto tiempo que llevo sin recibir aire puro y sin que me coma nadie, te pediría que me comiesen aunque fueran los lobos.
A veces quiero quitarme el aburrimiento aprendiendo francés. Y me cago en francés y me cago en español de los que tienen la puta culpa de mi mala suerte.
A mon Dieu, madame Josephine, le petit enfant…